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martes, 10 de noviembre de 2020

Grado de operatividad de las empresas vs. tasa de actividad del personal: ¿hay espacio para una mayor eficiencia productiva de las PyME en la pospandemia?

Hay en curso una reorganización de los procesos productivos por sectores, tamaños y regiones aún poco perceptible a nivel agregado, pero que se identifica con gran precisión descendiendo al nivel de la actividad de las firmas individuales. Uno de los indicadores más significativos de esta reorganización microeconómica es el descalce entre estado de operatividad de la firma y tasa de actividad de su personal. 


De acuerdo a los datos del último relevamiento, las empresas en completa actividad no están reincorporando al staff completo: en el promedio de todas las firmas con hasta 800 ocupados, 50% se declara totalmente operativa, pero sólo un 30% tiene a todo el personal en actividad. Aquí influyen el nivel de demanda de bienes y servicios, las restricciones por grupo de riesgo y protocolos en el establecimiento de la empresa, y los procesos y la organización interna. La relación puede no ser 1 a 1: la completa actividad de la firma no implica necesariamente que todo su personal esté reincorporado. Este descalce refleja el verdadero impacto de la pandemia, da cuenta de la recesión productiva que ha ocasionado.


El grado de operatividad de las empresas se refiere al funcionamiento de la firma y no a la tasa de actividad del personal (% de personal activo). Las empresas pueden estar clasificadas como “totalmente operativas”, pero esto no implica necesariamente que todo su personal esté activo. Empresas parcial o totalmente operativas pueden tener “activos” a solo una parte de sus trabajadores, mientras que empresas “no operativas” pueden tener activa una parte de su personal realizando actividades internas (administración y planeamiento, por ejemplo). A su vez, si la actividad no fue declarada esencial, pero se encuentra entre las exceptuadas en distintas fases de flexibilización del aislamiento, las empresas necesitan una autorización especial que se otorga a partir de la aprobación de un protocolo sanitario para funcionar dentro de sus establecimientos/locales. No obstante, que un establecimiento (local) no esté operativo no implica que su personal no desarrolle tareas fuera de él (en alguna modalidad remota).


El mayor descalce entre grado de operatividad y tasa de actividad de su personal se observa en la Industria Manufacturera, en la región de Cuyo y entre las empresas de mayor dimensión.

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