Si bien en Argentina el diferencial de productividad laboral entre empresas grandes y MiPyME es el de los más bajos de la región latinoamericana, dicha brecha es mucho más amplia que en los países desarrollados
Si bien en Argentina el diferencial de productividad laboral entre empresas grandes y MiPyME es el de los más bajos de la región latinoamericana (2,8 mientras que en Brasil, Chile y Perú la relación Grandes/MiPyME ronda el 4), dicha brecha es mucho más amplia que en los países desarrollados (en Alemania es del 1,4 y en Italia 1,6), y, en rigor, se encuentra en aumento desde 2007 hasta la actualidad.
La tendencia declinante de la productividad laboral en las PyME industriales responde a los menores volúmenes producidos, pese a los ajustes en el empleo. Esto no sólo provoca una mayor ineficiencia dentro del segmento PyME sino el mencionado aumento de la brecha de productividad entre grandes empresas y PyME, lo que promueve un lento pero sostenido desplazamiento de estas últimas en la estructura industrial argentina. Los efectos más notables radican en una menor participación en el valor agregado y en la generación de empleo, en un segmento cuya relevancia económica aumenta a medida que el ingreso nacional crece.
Productividad